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154 BIENVENIDO DE ESTELLA _ ,,El buque se va a romper contra las rocas y el señor ca– pitán quedará con nosotros». La gente no la creyó; más bien se reían de su profec~a; pero, al ver que al tercer día se cum– plió, todos la veneraron más y se dejaron guiar por sus con– sejos. El capitán X se fué a vivir a Mataveri y la tripulación se tué a Anakena, donde había casa perteneciente a Vicente Pont. El capitán, como a los cuatro meses de estar en la Isla, peleó declaradamente con Cupe. Cada vez se iba enterando más de sus crueldades con los kanakas y dicen los pascuen– ses que un día el capitán dió de palos a Cupe. Desde ese mo– mento se fué el señor capitán a vivir a otra casa; no sopor– taba la presencia de Cupe. El señor Cupe no molestaba ya a los kanakas y les pagaba su trabajo, dándoles a 1a vez más carne que antes. Al año llegó la goleta Falcón, con el fin de llevar lana y pieles para la sociedad. En ella se fué el capitán con su pilo– to, llevando a Cupe; en su lugar quedóMr. Edmuns, hombre más piadoso y pacifico que los anteriotes verdugos. Al principio Mr. Edmuns quiso ser escrupuloso cumptidor de las ótd.enes de la sociedad y a los kanakas no pasaba car– ne sino en tiempo de las .~squilas; en los demás trabajos les daba veinte centavos p::>r d.ia . Los kanakas echaban de me– nos la carne; así, en vista de que Mr Edmuns no daba ra– ción como prometió y era costumbre, sobre todo en tiempo de esquila, un j-:>ven, llamado Timeón Riroroko, se presentó ante Mr. Edmuns y le dice: -«Señor, la gente y sobre todo las mujeres, re-::laman la ración de carne, pues no se puede trabajar sin comer y co– miendo se tiene fuerza... » - «Está bien», contestó Mr. Edmuns. El joven se fué a su trabajo; llevaban ya tres semanas en– iaréando lana y con la excusa de ser el trabajo más liviano, les 3uspendió la ración de ~ame.

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