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LA ISLA lilN MANOS DE LAS AUTORIDADES ClVILES 151 La madre qu~dó d~sccnsolad.a y en pocos días sin hijo, por– que murió de re:>ulta de los golpes:.Dicen los testigoa oculares que era tallo que los hacía trabajar, que hasta de noche obli– gaba a la gente a ir al campo... «Hasta a mí, agrega el rela– tador de esta historia, siendo su empleado y de buen compor– tamiento, me daba de palos en la misma cama; si algún dra no despertata a las tres de la mañana para ir al trabajo, palo y palo». En otra ocasión, estando cuatro niños cuid.and::> el ganado, en tiempo de verano, el calor ios adormeció y quedaron com– pletamente dormidos junto a los corrales. Cupe los vió y con cuchillo en mano va a despertarlos, clavando la punta del cuchillo en un dedo de sus manos, haciendoles profunda heri– da; al dolor los niños despertaron despavoridos .... Ese mis– m:> día llegó a casa, se enojó con dos sirvientes, Isabel Tori y María Huki; las castigó con azote y las hirió con el cuchillo, haciéndole a una de tre3 a cuatro incisiones en la cabeza .... Muy entrada la noche huyeron las dos y se escondieron en una cueva; no la.> hallaron hasta pasado dos mese3. Las ca3- tip.ó otra vez con azotes y las ob 1 igó a trabajar hasta quepa– garan la multa que les imponía; dicen éllas ser más de un año de trabajo. A todos estos ca:>tigos le ayudaba como jefe de policía Juan Tepano, kanaka que estuvo en peligro de ser asesinado por los mismos pascuenaes, en vista de que estaba a favor de Cupe Varios pascuenses perdieron sus vidas por los malos t ra– tos de Cupe. Un enfermo anciano no podía moverse y se que– dó en cama. Cupe lo supo; llegó a la casa del l:'nfermo y la emprende a palos con él; la mujer sale a la defensa, di– ciéndole:-«Está enfermo y no puede andar».-«No es cier– to, dice Cupe, lo hace de flojo;» y más le daba de palos. El enfe1mo no se mueve, su mujer lo tema ~n brazos y se va con el al trabajo. Así lo hizo durante tres días para que no lo ma-
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