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10 lHENVENIDO DE ESTELLA Algunos viajeros se han adelantado a decir que estos Mohai son dioses o ídolos de una antigua raza distinta a la ac– tual. La tradición está en contra de esta aserción; no obstante, no se puede afirmar de un modo absoluto lo contrario, por– que la tradición de los actuales kanakas es algo confusa; por eso es mejor dejarlo en el misterio hasta que se aclare mejor, si ello es posible. Dicen los pascuenses que antiguamente los hombres eran más altos y robustos, llamados los orejas largas; que había al mismo tiempo gigantes y brujos quienes hacían andar a las estatuas a su voluntad, trasladándolas así de una parte a otra; que esos gigantes-brujos y los orejas-largas habitaban en los lugares del cerro Poike y en las proximi– dades del volcán Ranorarako, bahía Anakena y puntos cer– canos. Precisamente en un punto céntrico de estos lugares citados, está la fábrica de las estatuM gigantes. Yo mismo he recorrido con detención esos lugares y he visto y palpado las enormes estatuas, muchas caídas y pocas levantadas, y medio enterradas por laaccióndel tiempo; varias son las que he visto comenzadas a labrar cerca del bloque de piedra donde se cortó el trozo para tallar la estatua que, comenzada, fué dejada, no se sabe por qué cau:;a. Es lo más curioso e impresionante, ver el vacío, tan exacto en las líneas del trozo de piedra que sacaron o cortaron para tallar la estatua: todo en líneas rectas sin destrozar el borde del corte. Uno se confunde y llega a decir: pero, ¿y después de hacer el corte del trozo tan a escuadra y profundo en los cuatro lados, dos extremos y dos laterales, queda la parte de abajo completamente adherida a la mole .... ?Ahora ¿de qué medios se valieron para desprender el trozo? ¡Gran misterio!; para mí, mayor que el de la traslación de esos monumentales Mohai. ¿Qué instrumentos usaro11 para tallar esas estatuas? Desde luego la tradición dice que los artífices usaron mar– tillos y formones de piedra. A esto debo decir que se han

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