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8 BIENVBNIDO Dlil ESTiilLLA rales para beber; mas, apenas las aprovechan por estar lejos de la población y tener otros inconvenientes, por eso los P9- bres se valen de cisternas o estanques para recoger las aguas de las lluvias que son diarias en la isla; sólo en los dos meses del riguroso verano disminuyen algo. Como toda la isla es de un suelo sumamente fofo o poroso por ser de t ierra granulada y quemada, resulta que las lluvias no alcanzan a formar ríos ni vertientes permanentes; a me– dida que caen, son absorbidas y desaparecen bajo el suelo. Cierto que la tierra queda sumamente humedecida y apta para el cultivo, pues, aunque las lluvias son continuas y d1arias a v.eces, no deja de salir el sol, aun lloviendo; por eso se ve de ordinario el fantástico arco-iris que quita a la lluvia lo que tiene de sombrío y triste. El agua así absorbida por el suelo tan fofo y hueco, viene a salir, en pequeñas vertientes, al rededor de la isla y al ins– tante se mezcla con el agua del maren sucontinuo oleaje. Con algún trabajo, socavando o desmontando terreno, a s1ete metros de profundidad o menos, y a veinte de distancia de la costa, sería aprovechable esa agua de las vertientes. · En los tres principales volcanes se depositan las aguas de lluvia en gran cantidad, permanecen limpias, pero están muy distante de la población. Solamente las mujeres se re– suelven a ir a esos volcanes, una vez por semana, para lavar sus ropas. Del volcán Ranoaroi, que es el punto culminante de la isla, sale una vertiente que precisament~ se oculta en las partes más cercanas al pueblo y solamente aparece en las cercanías del mar, muy lejos del alcance de los pobladqres. Si se tomara el gran trabajo de conducirlas al pueblo por medio de tubería, el problema del agua potable de la isla quedaría solucionado. Pero, ¿qmén se tomará ese trabajo? Son como dos leguas de distancia las que hay del volcán citado al pueblo. Si por toda la quebrada, por donde corre dicha vertiente,

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