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6 BIENVENIDO DE ESTELLA a cuya altura, dicen los pascuenses, a veces cae en inv1erno nieve, kapua en kanaka. Desparramadas por toda la isla se han hallado grandes can– tidade~ de piedras chicas y de gran tamaño, piedras que los volcanes arrojaron en su anterior actividad; ahora la mayor parte de la isla se encuentra limpia de esa piedra por tra– bajos que se han realizado por orden de las autoridades. Aunque esas piedras, que abundan en la isla, son porosas, como escoria de grandes pavesas volcánicas, no obstante, en algunas partes, se encuentran rocas de gran dureza que sirven para edificios y otras obras de cantería. Por razón de la gran cantidad de lava y menuda escoria arrojada de los volcanes, la tierra es granulada y de color rubio-oscuro, rica para el cultivo; la capa de esa tierra llega a tener 2 y 3 metros de espesor, término medio. Es de notar que en el volcán del sur, Ranokao, en la parte que mira al mar, existe gran cantidad de piedras vidriosas, de una dureza sorprendente, de obsidiana; en kanaka su nom– bre es Hatuvai. En el interior de ese volcán, o sea en su cráter mismo, ade– más de roca viva, se encuentran conglomeradosdel~minas de pizarra que presentan mucha dureza; de estas láminas se sirvieron antiguamente los mandatar1os kanakas para fabricar unas cuevas-casas en la misma falda alta del ~olcán; las habitaban en la primavera los polizontes o guardianes que tenían el oficio de vigilar, durante un mes o dos, la incubación del pájaro que llaman Manulara; pues el que tenía la suerte de coger los dos primeros huevos de este pájaro, quedaba de hecho nombrado jefe de su tribu; los pretendientes eran muchos. En otro cerro se halla la famosa piedra matá que es vi– driosa y de tanta dureza como la obsidiana; con ella hacían los naturales sus armas de pelea y sus herramientas. Las fábricas de esas armas están todavía llenas de pedazos de

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