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JOVEN MODELO Por eso ya desde su infancia y mucho más desde su ju– ventud las t res devociones que más arraigaron en su cora– zón y que más frondosas manifestaciones tuvieron así en su vida seglar como posteriormente en la religiosa, fueron las de Jesús, María y José. Culminaba sobre todo y de una ma– nera singular la devoción a la Santísima Virgen, a. la que se consagró ya como esclavo suyo y según la fórmula del Beato Grignión de Monfort, cuando sólo contaba dieciséis años de edad, en octubre de 1896, según documento por él firmado, que conservamos en nuestro poder_ Su vida, por otra parte, estaba toda ella dedicada a una intensa y sólida piedad, cual no se encontrará hoy en día en muchos jóvenes seglares. Y nos atrevemos a hacer esta afirmación teniendo a la vista y después de haber leído atentamente los apuntes que, escritos de su puño y letra, se nos han conservado, principalmente los extractos de los Ejercicios espirituales he~hos todos los· años, a partir, al menos, de 1898. Y por si eso no fuese suficiente, tenemos el abonado tes– timonio de las personas que le conocieron en aquellos años de su juventud, y afirman que su piedad rayaba a veces en el terreno de las meticulosidades, y su fervor y devoción to– caban un tanto los linderos de la exageración en algtmas oca– siones. Hasta llegaba, aunque raramente, a dejar sus clases por asistir a una función religiosa o practicar algún ejerci– cio de devoción. Todos los años, a partir al menos de 1898, practicaba, se– gún dejamos indicado, los Ejercicios espirituales durante la Semana Santa, Ejercicios que hacía a conciencia y con ex– traordinario fervor, retirándose con tal objeto a alguna casa religiosa. Durante ellos se entregaba a muy rigurosas peni– tencias, y el modo de realizarlos y las resoluciones firmes y -decisivas que tomaba, en nada desmerecerían comparadas con las del más fervoroso religioso. Fué, sin duda, durante los Ejercicios espirituales cuan-

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