BCCAP000000000000135ELEC

- 49 - (le escribía desde Roma): Coraggio, coraggio. El Reino de los Cielos hay que ganarlo sufriendo y luchando y quebran– tando nuestra voluntad y nuestras inclinaciones". A esto añadamos aquella franca y religiosa alegría que se reflejaba en su semblante en todo momento y que se tra– ducía siempre que tenía ocasión de hablar con los demás, sobre todo en los recreos, en los que procuraba, con alguna curiosa anécdota o edificante historieta, amenizar aquel rato de expansión. Con qué atenta y respetuosa urbanidad solía, asimismo, acoger a cuantas personas se acercaban a él para hablarle, preguntarle alguna cosa, aunque fuese una inoportunidad, sin dejar traslucir jamás enfado ni malhumor, antes bien mostrándose dispuesto a complacer en lo que estuviese en su mano. Verdaderamente que podemos afirmar, sin temor a ser desmentidos, que en esto fué un modelo acabado, como lo fué en las virtudes de que hemos hecho mención. Todo ello no era sino consecuencia de su vida interior, sostenida y alimentada por una casi continua presencia de Dios. Seguramente que muchos de los que le conocieron y trataron, observaron más de una vez lo que el que escribe esta reseña, conviene a saber: que el P .. fernando llevaba casi ele continuo en uno de los dedos de la mano izquierda una especie de anillo hecho de hilo o de alambre, que él pro– curaba ocultar o por lo menos disimular en lo posible. P ues bien: dicho anillo era para él como la voz de alerta, como una llamada a su corazón para que, si estaba distraído, re– flexionase y se acordase de Dios; era el medio de que se va– lía para llevar muy frecuentemente y casi de continuo el re– cuerdo de Ja divina presencia, medio tan eficaz d'e santifi– cación y que él tanto recomendaba a las almas que dirigía o que con él se confesaban. Hagamos mención. por último, y para no bajar a otros pormenores que nos harían interminables, su amor a la ob– servanci;r regular, a la vida de comunidad, de la que era di– ligentemente cuidadoso y de la que no se dispensaba en modo a lguno mientras se lo permitía su delicada salu& No obstan ·

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz