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-46 - distracciones favoritas, y en ellas encontraba el mayor placer." SU INGRESO EN LA ORDEN Tomó el hábito capuchino el I S de febrero de 1901 en Lccároz (Navarra), cuando contaba veintiocho años de edad. Al poco tiempo de ingesar, le llegó el nombra– miento de Contador del Ayuntamiento de Santiago. Ni qu~ decir tiene que fué rechaza·d'o: había llegado tarde. Profesó al cumplirse el año de prueba, y, pasado el trienio de los ,-otos simples, emite, con gran alegría de su alma, la pro– fesión solemne el 16 de julio de 1904, y quince días más larde, o sea el 3 r de dicho mes, se ordena de sacerdote. Sus primeras activida>des las ejerce luego como profeso¡· de contabilidad y de violín el) el mencionado colegio ele Le– cároz, y posteriormente consigue organizar una orquesta en toda forma. Años más tafide, hacia 1907, es destinado por los Supe– riores a Roma con el cargo de Secretari0 general de las Pro– vincias españolas. Por espacio de doce años seguidos lo ej er– ce muy a satisfacción de todos, distinguiéndose por su labo– riosidad y por su carida-d extraordinaria, no perdonándose trabajo alguno ni molestia por satisfacer a todos, y, en lo que a él tocaba, hacer cuantos favores se le pedían. Más r\c una vez hemos oído alabar en esto su caridad y su condes– cendencia con los demás. N[ uchas veces sucedía que no pu – dienclo otros religiosos cumplir su cometido debidamente ni llenar las obligaciones que le habían encomendado, acudían al P . Fern:mdo. bien para que les dirigiese. les ayudase o les hiciese por completo el trabajo, y el P. Fernando, sin mostrarse molesto. antes bien. queriendo complacer a todos, se prestaba a ayudarles o a hacer por su cuenta los traba– jos, aunque no f uesen de s11 incumbencia. Como Secretario acompañó :l varios Generales de la Orden en su visita a las Provincias españolas. Solamente dejó dicho ca1·go obligado por una peligrosa

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