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-39 - interesado grandemente por saber nottctas concretas y cir– cunstanciales de su muerte, llevados algunos del deseo de ir a orar ante su sepulcro si acaso nos hubiera sido conocido el lugar d:Onde descansan sus restos! ¡Cuántas, asimismo, de sus amistades, al hablarnqs de él, no han podido contener las lágrimas y han llorado, como niños en nuestra presencia! ¡ Cuántos también, que con él se confesaban, sienten ahora, al entrar en nuestra iglesia, una emoción, una nostalgia, algo inenarrable con que va envuelto su recuerdo y que a veces no pueden soportar sin enternecerse y hasta llorar ! Por último, no queremos prevenir en modo alguno el jui– cio de la Iglesia; pero tampoco podemos pasar por alto algu– nas gracias que, según nos han referido las personas intere– sa,d'as, han alcanzado ya por intercesión del P. Andrés. Va– mos a referir solamente algunas. Un joven que durante la guerra se veía en un apurado trance, pues, llamado con motivo de las quintas por los ro– jos, no sabía qué partido tomar ni a quién recurrir para no ir al frente, decidido a correr la suerte que Dios le tuviera deparada, se encomendó odie todo corazón al P. Andrés y se echó a la calle. Apenas había traspuesto el umbral de su casa, cuando se encuentra con un amigo que le p::egunta : "¿A dónde vas?" Le expone el joven su situación apurada y el pe– ligro en que se encuentra, pidiéndole al propio tiempo le dé alguna solución_y le ayude en lo que pueda. El amigo le cal– ma y le propone colocarlo en un puesto donde estará a cu– bierto de todo peligro, como así lo hizo efectivamente. El jo– ven está plenamente convencido de que esa gracia se la debe a la intercesión del P _Andrés. Asimismo una joven, cuyo nombre ocultamos, encon– trándose sin colocación y en grandes apuros económicos, se ehcomen1do también de todas veras al P. Andrés, pidiéndole le proporcionase un medio de ganarse la vida para ella y su anciana madre. Como lo pidió así lo obtuvo, y tan agradeci– da se encuentra hoy en día al P. Andrés y son tantos los fa– vores que, según ella, ha obtenidb ya por su intercesión, que no sabe cómo ~.gradecérselo, y con frecuencia, al hablar so-
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