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1 - 37- 1 esás noticias en la Pensión, están concordes en atestiguar la certeza de dichas palabras. Para nosotros son, a la verdad, de mucha importancia. Ahora ya no nos queda duela alguna de que el P. Andrés murió, no como indocumentado, sino, por lo menos, por ser sacerdote; esto nos basta, aunque más hubiéramos desea•·::l'o: saber con certeza las declaraciones que hizo ante los milicia– nos o ante la checa adonde, con toda seguri 1 d'ad debieron lle-– varle, y donde manifestó-para nosotros no hay duda algu– na, teniendo en cuenta su modo de ser--que era religioso y afirmó su versonalidad. Qued'e al menos consignado ese hecho indiscutible: el de su martirio y el de su muerte en la pradera de San Isidro en las primeras horas del día 3 I de julio. Su cadáver fué luego recogido y llevado, no al Depósito ] udicial, adontl'e comúnmente eran llevados, sino al depósito del cementerio de la Almudena, donde recibió luego sepultu– ra en lugar desconocido. No obstante, bien se puede afirmar casi con absoluta certeza, como nos lo ha dicho uno de l0s enterra 1 d'ores, que ha prestado con su actuación hermosos y muy humanitarios servicios y que han valido después de pau– ta para identificar gran número de cadáveres, que debe es– tar en la fosa común, donde fueron enterrados los del cuar– tel de la Montaña, y en la que, según cálculos aproxima'd'os, hay de unos seiscientos a ochocientos cadáveres, y son pre– cisamente de los fusilados hasta el día 3 de agosto, pues a partir de esa fecha se comenzó a enterrar en sepulturas in- dividuales y con caja. . En esa fosa común que el visitante del cementerio de la Almud'ena podrá ver muy cerca de la parte del cementerio viejo, tocando casi a las tapias, y a mano derecha según se va, escondida casi a la vista por hallarse en una hondonada que en tiempos pasados fué arr oyo, allí fué, sin duela, arro– jadÓ el cadáver del P. Andrés, más tarde cubierto de cal, mezclándose así sus restos con los de otros muchos, como d inuertos por la fe o en lucha por una noble causa, héroes de la Religión o de la P atria.

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