BCCAP000000000000135ELEC

-33 - licianos, 1 impaciente ya, le grita desde el comedor: "Que ven– ga, que venga; ése nos quiere engañar. ¿Qué va a tener per– sonas que respondan por él?" Y sin más razones, ordenan que salga con ellos. Su sobrino se opone resueltamente, di– ciendo que no pueden detener a nadie, pues tales eran las ór– denes del Gobierno. Lo mismo hace el dueño de la Pensión, quien pregunta al jefe por qué lo van a 'CI'etener y adónde lo llevan. El jefe, ya malhumorado, le contesta: "No hable us– ted mucho porque va a llevar el mismo camino que él". E in– mediatamente le enseña un volante en que se decía: "Há– gase un registro en la Pensión de San Antonio y deténgase a las personas que se crea conveniente". Dicho volante lle– vaba un sello con la estrella de cinco puntas, consiguiente– mente comunista. Ante eso no hubo más remedio que ceder y permitir fue– se con los milicianos. Y cuando ya el P. Andrés se dirige a la puerta, el 'Clueño le advierte que no lleva el sombrero. "Ah, sí: es verdad-dice el P. Andrés-; ¿puedo cogerlo?" "Sí, no hay inconveniente-le contesta un miliciano desde la puerta-, para donde vas a ir ... " Se llega a su habitación para tomar el sombrero; recoge al mismo tiempo un crucifijo que en ella tenía. Los presen– tes vieron claramente que cuando salía de la habitación me– tía una cosa en la manga y que después estab~ con cui'Clado para que no se le cayera, y una de las Religiosas, al notar la falta, dijo luego: "El crucifijo se lo ha llevado el P. Andrés". Al salir de su habitación se dirige a su sobrino, sacerdo– te. y le dice en voz baja: "Dame ahora mismo la absolu– ción". Después abraza al dueño de la Pensión, estrecha ca– riñosamente su mano y dice en alta voz: "A.rd 'iós: me llevan adonde Dios quiera; yo no he hecho nunca mal a nadie", al mismo tiempo que dirige a cuantos de la Pensión se halla– ban presentes una mirada de despedida. Y ya en la puerta. los milicianos, armados 1 d 1 e fusiles y pistolas, insisten en que salga cuanto antes; al mismo tiempo que le arrancan del lado de su sobrino, éste pronuncia sobre él la absolución sacra– mental.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz