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-26- pagado por suscripcwn popular, y los nombres de los que contribuyeron con sus limosnas fueron colocados a los pies de la Virgen, en una cavidad a modo de urna. Afortunada– rnente, el altar se ha c'onservado en perfecto estado hasta la liberación, y no es otro que el que todavía existe en la ca– p1íla sacramental. Ile aquí brevemente perfilada la fisonomía científica y espiritual del P . Andrés; así fué y así le conocimos. EN MADRID : PRIMEROS DIAS DEL MOVIMIENTO Al estallar el glorioso Movimiento Nacional, el P . A~l­ drfs se tllcontraba en Madrid. La consigna de los Suptrio- . res era que en aquellos críticos mpmentoS' todos debían ocu– par su puesto y esperar acontecimientos. Por otra parte, te– nia que cumplir en aquel entonces un importante y deiica– do papel : el,de guardar convenientemente los documentos del Archivo Provincial, llevándolos a casas particulares, pues solamente así se han podido salvar casi en su integridad, y luego proporcionar a algunos Religiosos casas particulare:; donde pudiesen estar hasta que pasase el peligro. Además , como Consejero provincial que era, se encontraba reunido en aquellos días con los demás Superiores de la Provincia, con el objeto de tomar medidas y precauciones en vista de los insistentes rumores que circulaban, a partir, sobre todo, de la fecha de la muerte de Calvo Sotelo.· En la tarde del 16 se le comunicó confidencialmente, por persona que estaba muy enterada, la noticia de que en la ma– drugada del siguiet1te día tendría lugar un levantamiento militar conjuntamente en Pamplona y Marruecos, noticia que él transmitió a los Superiores inmediatamente. Los aconte– cimientos que se siguieron probaron su veracidad. El día 17, en prevención de lo que pudiera ocurrir, reti– ró de la iglesia la imagen de la Inmaculada y la llevó a casa del doctor Riestra, donde estuvo hasla la liberación; así

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