BCCAP000000000000135ELEC

-303 - La única oficina que dejaron muy mejorada y magnífica– mente instalada, fué la cocina: era lo que más les intere– saba. Por lo que a la iglesia se refiere, fué convertida en co– medor y en bar; a lo largo de ella pusieron filas de mesas, lo mismo que en las capillas laterales; el coro alto fué des– tinado a dormitorio y el bajo a depósito de municiones y armería. Ni paró en esto su labor destructora : veintidós imágenes fueron pasto de las llamas después de muchas ve– jaciones y mutilaciones; destrozados cuatro Sagrarios, sa– crílegamente tratados y destruídos algunos de sus altares, convertidos en garitas los confesonarios, quemadas también las estaciones del Viacrucis y todas las figuras del naci– rr.iento, y más de cien cuadros religiosos, y, sobre todo, la devota imagen de Jesús Crucificado que se veneraba a la entrada del templo, arrancada de su lugar y entre escarnios y befas llevada a la huerta y allí "fusilada", destrozada y hasta enterrada. También hicieron los comunistas frecuentes procesiones sacrílegas por la huerta, revestidos de los ornamentos sa– cerdotales; de ahí que desapareciesen todos los ornamentos, vasos sagrados, custodias, manteles y demás objetos de cul– tc, robados unos y quemados otros; solamente pudieron ser recuperados después ele la liberación cuatro cálices y un co– pón, encontrados en la Basílica de Begoña. ,4simismo, el salón de los Terciarios, contiguo al con– Yento, fué convertido en taller de carpintería y pintura; de él desapareció el vestuario, la biblioteca y cuanto había de utilidad. Y por si acaso los comunistas habían hecho poco, las gentes de los barrios circunvecinos al convento, a las pocas horas de entrar en Bilbao las tropas nacionales, y aun an– tes de que los religiosos tuvieran .tiempo material para ha– cerse cargo del convento, se llevaron cuanto les vino en gana. El 22 de junio, cuatro días después de la liberación de Bilbao, los religiosos tomaban posesión del convento con

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz