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-298- V. H . Fr. Félix de Castelo. V. H. Fr. Vicente de La Aldea. V. H. Fr. Jaime de Santamaría. BILBAO, ROJO-SEPARATISTA Conocida la noticia del levantamiento militar, los rojos, tmidos a los separatistas vascos, comenzaron a recorrer las calles de la ciudad en nutridos grupos y a pasearse en ca– miones y coches, gritando orgullosos que el fascismo no ·nabía triunfado allí ni triunfaría jamás. Y no contentos con eso, y para que nadie pudiese llamarse a engaño, !C~.m· bién dieron principio a su obra .de destrucción e incendio; entre otros, bien pronto las llamas dieron cuenta del con– -vento de las Concepcionistas, y a sus resplandores pudie– ron ver, aun los más ciegos, lo que de unos y otros se po– ·dría esperar. No había, pues, tiempo que perder para tomar ~as precauciones-necesarias; nuestro convento, por otra par– -~e, se encuentra en posición elevada de la ciudad, casi :;in defensa en caso de que algún desalmado intentara cometer ·un atropello. Ante ese temor, se tomó la determinación de no quedar a dormir en el convento, sino solamente cuatro Religiosos, marchand·o los demás a pernoctar en casas par– ticulares; más de una vez se les detuvo y se les cacheó para ver si llevaban armas. Así se hizo los cinco primeros días del Movimiento, -cuando los rojo-separatistas estaban seguros del triunfo. Pero el día 23 las cosas tomaron otra marcha y otro sesgo, y los religiosos se vieron arrojados de su convento, y fue– ron precisamente los nacionalistas vascos los que perpetra– ron tal villanía. LA EXPULSION DEL CONVENTO A las seis de la tarde del día mencionado, cuando la Co– munidad se encontraba rezando Maitines, que por las cir– ·ctmstancias indicadas se adelantaban para comodidad de to-
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