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-289- la Visita -al Santísimo Sacramento. Fr. Diego, según tes– timonio de la familia con quien estaba, hacía frecuentes no– venas a Santa Teresita del Niño Jesús. Y en cierta ocasión en que le preguntaron, Jlevados de la curiosidad, qué gra– cias pedía en las novenas que con tanta frecuencia hacía, contestó él llanamente: "Le pido la gracia del martirio.,. Dc.ña JuliJ. de Ballesteros testifica también que le oyó de– cir en alguna ocasión que "estaba deseando morir" . No le 6 rredraba en modo alguno ni la muerte ni el mar– tirio. Por eso, cuando en la casa se recibía alguna noticia de~agradable o alarmante, Fr. Diego hablaba con valentía a los demás religiosos que con él vivían, animándolus y exhortándolos a estar preparados para el martir io. No sabemos las razones que tuvo para no trasladarse a Bilbao en los primeros días del mes de diciembre, como lo habían hecho otros religiosos. En cambio, pidió y obtuvo del Frente Popular de Cícero la autorización de pasar a Escalante! con el beneplácito de los frentepopulistas de este pueblo. Para ayudar al P. Miguel y acompañarle, y aun qui– zá por habérselo éste indicado, marchó también al barrio de "la Cagioja", creyendo que allí se encontrar ía más se– gurr_, que en otra parte alguna. Además, conocía sobrada– mente a la señora del caserío ; todos los días tenía que ir di– cha señora al convento de Mcmtehano a llevar la leche para la Comunidad, y Fr. Diego, que estaba de portero, le aten– día siempre con tanta amabilidad que conserva de él muy gratos recnerdos. Tal vez influyera ella misma para q1!e se trasladase a su casa, pues Fr. Diego se encontraba en Cí– cero bastante desmejorado. En cambio, una vez instalaco en " la Cagioja" se le vió mejorar palpablemente. EN "LA CAGIOJA" No tenía en su nueva estancia ocupac10n de importan– cia ni obligación alguna, 'fuera de sus rezos cotidianos Y ha– cer algún que otro recado. Para no estar ocioso ayud:1.ba a

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