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- 2I- diligente búsqueda del inolvidable P . Andrés que supo in– teresarse por ellos y no descansar hasta lograr su adquisi– ción. Son muchísimos, por otra parte, los materiales que jun– tó para tejer la historia de nuestra Provincia de Castilla. Para ello vi~itó las ciudades y pueblos donde estuvieron en– clavados nuestros antiguos conventos, hoy en día destruí– dos o arruinados casi todos, recogiendo fotografías de ellos. papeles, libros, documentos o sacando copia de ellos, etc., re– uniendo así up copioso arsenal con el que se puede recons– truir en gran parte la historia genuina y auténtica de la an– tigua Provincia ele la Encarnación de las dos Castillas, como así se denoniinaba. Reseñemos ahora solamente los trabajos que vieron la luz p{tblica; seríamos sobradamente prolijos si hubiésemos de señalar también sus apuntes y notas manuscritas. Primeramente publicó dos tomos titulados Vitalidad' Se– ráfica.. priméra y segtmda serie, impresos en Madrid. !93 1, y que tratan de los comienzos de la Provincia, llevando al final interesantes notas bibliográficas sobre los escritores Capuchinos castellanos. Pocos años más tarde publicaba asimismo otros dos to– mos, relativos a los antiguos conventos de Castilla: Conven– to de Capuchinos efe Calzada de Calatrava (Ciudad Real), Maclridl, 1934, y Convento de Capuchinos de Deu.sto (Bilbao) , Madrid, 1935. Eran estos dos volúmenes los primeros de una serie dé monografías que habrían de abrazar todos los anti– g-uos conventos, para lo cual tenía ya reunido abundante ma..: terial. ESCRITOR Sus actividades literarias no pararon solamente en el te– rreno histórico : se extendieron a otros camlpos, entre ellos el de la controversia; y al hablar así nos referimos a sus es– critos sobre el Santísimo Cristo de Limpias, escritos que, a nuestro entender, son los de más valor de cuantos salieron de su pluma.

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