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R. P. MIGUEL DE GRAJAL (1898-1936) En octubre de 1925, desde Roma, donde se hallaba es– tudiando Filosofía, con el fin de doctorarse, escribía el Pa– dre Miguel,a su anciana madre: "Asistí a la Misa que se celebró en el Coliseo ante dos mil peregrinos españoles de la Adoración Nocturna. ¡Qué espectáculo tan emocionante! Parecíamos confesores de Cristo condenados a ser devora– dos por las fieras, como lo fueron los antiguos cristianos que allí mismo derramaron su sangre, y esperábamos t¡ue los leones y tigres saliesen de sus cuevas y nos devorasen a todos . ¡Con qué fervor cantábamos el Cantemos al Amor de los amores! Acaso fué en aquel día romano cuando Dios aceptó el ofrecimiento generoso y desinteresado del P. Miguel y se– ñaló no las fieras del anfiteatro, sino los tigres humanos que habían de devorarle, y escogió, ~ntre las innúmeras arenas del litoral cantábrico, algunos granitos dorados que, como los del Coliseo, se empaparían con la sangre del már– tir de la Fe. Ocurriría esto once años más tar.de , en la noche del 29 de diciembre de 1936, cuando el P. Miguel contaba treinta y ocho años. DATOS BIOGRAFICOS Preciosas e interesantes sobremanera son las not1c1as que de él poseemos desde que. abandonando el convento ele Montehano, vivió medio prisionero en Cícero y Escalantc hasta la noche de su muerte. Quizás en este trabajo de con– junto nos veamos en la precisión de omitir algunas. Sin embargo, queremos completar antes su biografía, dando algunos datos complementarios de su vida antes de c!:>a fecha, pues, aparte de su interés, son de suma impor– tancia para poder conocerle.