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-2s8- TRASLADO DE SUS RESTOS A LA CRIPTA DE LA CATE– DRAL DE SANTANDER Santander, como todas las ciudades martirizadas por los rojos, quiso honrar pública y solemnemente a sus hijos caí– dos por Dios y por España y tributarles un homenaje oficial de admiración. Entre aquellas víctimas, mártires gloriosos de la fe y de la patria, se contaban los asesinados en el barco-prisión "Al– fonso Pérez", en la tarde del 27 de diciembre de 1936. De ellos formaba parte nuestro P. Ambrosio. Por eso, terminada felizmente la guerra y al acercarse aquella fecha aniversaria, se pensó en trasladar sus restos con toda pompa a sitio más digno y honroso y no se encon– tró ni pudo encontrarse otro mejor que la cripta de la Ca– tedral. El Ayuntamiento mismo, con una generosidad digna de los más altos encomios, se ofreció a sufragar los gastos del traslado. Con tal fin, en los días que precedieron a la fecha men– cionada, se fueron exhumando poco a poco de aqueUa in– mensa zanja donde habían sido sepultados unos sobre otros, los cadáveres de ciento sesenta víctimas. Al ser desenterra– dos, eran depositados en la cripta de la capilla del cemente– rio de Ciritgo----el cementerio de Santander-, para que los familiares pudiesen identificarlos. Con objeto de poder identificar al P. Ambrosio, se diri– gieron también al cementerio el P. José María de Chana, a la sazón Ministro Provincial, que se encontraba de paso en Santander (1), y el P. Eugenio de Villamañán, Superior de aquella residencia, acompañados de dos caballeros; uno de <'llos era de la familia donde estuvo refugiado el P. Ambro– sio, y el otro fué su compañero de prisión en el barco . Llegados al cementerio comenzaron a revistar los cadú- (r) En carta particular nos da cuenta de todos los pormenores que aquí re– ferimos.

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