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- 253 - del barco: todo contribuyó para que el día del nacimiento del Hijo de Dios se celebrase con júbilo extraordinario. Mas cuando la noche comenzó a embellecer y a agrandar los re– cuerdos de la jornada, sonó la voz del P. Ambrosio exhor– tando a todos a agradecer al Divino Niño tan excelso favor . Así también, y casi con la misma alegría, pasaron el día si– guiente. AVIACION NACIONAL SOBRE SANTANDER Pero el 27, al mediodía, bajo un cielo azul de invierno, dieciocho trimotores nacionales volaban sobre Santander para bombar.dear sus objetivos militares. E l sonido de las sirenas, el zumbido de los pájaros de la muerte y las explo– siones de las bombas sembraron el pánico y el desconciet:to en la población roja de Santander. Aquellas bombas tuvieron su eco en las bodegas del Al– fonso Pérez; pero fué un eco de alegría. "Son los nuestros - -se decían, jubilosos, los detenidos en él, mientras suspi– raban por encontrar un resquicio de cielo por donde ver lns terribles emisarios de la Patria. "Son los nuestros... son muchos ... y actúan poderosos e invencibles", añadían, mien– tras las bombas explotaban en las próximas estaciones del ferrocarril. Poco antes de las dos, los aviones, cumplida su misir>Jl, se alejaron con la misma tranquilidad que habían entrado, sin ser por nadie hostigados. "AL BARCO.. . POR LOS PRESOS" Entonces comenzaron para los detenidos en el barco las horas angustiosas y trágicas. Pronto se dejaron presentir la reacción y la represalia de la fiera. Cuando, alejado el peligr o, la gente comenzó a salir de los refugios, un grito y una consigna se lanzan prontamente y va corr iendo de boca en boca: " Al harco. al barco: por los presos". Y la voz re-
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