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-252- abrumadora. Vino a romperla. un tanto la proximidad de la fiesta de la Inmaculada. Quisieron prepararse para día t:m simpático y tan español, haciendo la novena. El P. Am– brosio se comprometió a redadar las oraciones que com– puso aplicando a la Inmaculada algunos textos del C anta·r de los Cantares. Se hizo la novena con un fervor extraor– dinario, se pidió por el triunfo de las armas nacionales, se re– zó el Rosario, la coronilla, el A•cordaos y una oración. El día de la fiesta fué todavía de más intensas emociones. En ella predicó el P. Ambrosio, terminando con estas palabras: "Nosotros, encerrados en las entrañas de este barco, segu– ramente tenemos ya decidido nuestro destino terreno, pero consolémonos con el pensamiento de que también tenemos decidido nuestro destino eterno que es ciertamente bien di– verso del temporal". Llena a su vez :de ensueños y recuerdos imborrables se vcercó la Nochebuena. "El año pasado ... a estas horas hace cm año ... " , se decían unos a otros, añadiendo cada cual sa– brosos comentarios y trayendo sugestivas escenas. La de rste año sería, en cambio, noche bien triste ... Mas hubo lue– go una reacción; los del grupo "La Caraba" acordaron so– kmnizarla de alguna manera. No habría, desde luego, Misa de Gallo, era imposible; pero asistirían a ella espiritualmen– te. El P. Ambrosio fué el encargado de despertarlos; velan– do estuvo hasta que dieron las doce, y a esa hora fué lla– mando a todos; se incorporaron en sus petates: rezaron el Rosario, añadieron algunas oraciones relativas al Nacimien– to del Divino Niño y al final también se cantaron villanci– cos con voz queda y emocionada, pidiendo a Jesús recién na– cido la liberación de todos. El siguiente día, fiesta de Navidad, por una condescen– dencia especial de los milicianos, se permitieron en el barco las visitas y las cestas de comjda. Corrió la noticia como nn ,.el~unpago: se animaron las bodegas y en todos se refleja– ha la alegría, que inundaba su espíritu. Y hubo visitas de familiares en cubierta, aunque impregnadas de inmenso fon– do de amargura, y luego un pequeño han(]uete en el interior