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R. P. AMBROS IO DE SANTIBAÑEZ (1888-1936) Cuantos convivieron con el P . Ambrosio de Santibáñe7. en el famoso barco Alfonso Pérez, anclado en la bahía san– tanderina, y compartieron durante un mes en sus bodegas los sufrimientos y penalida·des de aquella prisión flotante, conservan en su memoria el recuerdo dulce y simpático al par que imborrable de Alejo Pan López: era precisamente <:se el nombre que había llevado él hasta su entrada en la Orden. Y si es verdad que en aquellas horas trágicas y de J'<::volución volvía a su antiguo nombre, era solamente para los profanos, para los extraños, para sus enemigos; para. sus conocidos y amigos seguía siendo el mismo: el alegre y rt.trayente P. Ambrosio. Era oríginario de Saotibáñez de la Isla (León), donde había nacido e! 24 de octuQ.re de r888. A los diecisiete años, t~niendo ya algunos conocimientos del latín, recibía el há– Lito capuchino en el Noviciado de Basurto (Bilbao), el 17 de diciembre de 1905. Hecha su profesión religiosa prosi– guió el estudio del Latín y Humanidades antes de comenzar ia Filosofía. Terminada ésta, así como la Teología, recihió el presbiterado el 29 de mayo de 1915. ALMA DE APOSTOL ~ Al siguiente año fué destinado al convento de Montc– hano (Santander), donde permanecerá seis años seguidos, consagrados por entero a la predicación, así como lo hará más tarde en La Coruña y en León, donde estuvo posterior– mente. Al llegar a este último convento en el verano de 192,1, queda encargado de la Congregación de Sirvientas de la Divina Pastora, al frente de la cual estuvo solamente du– r&nte un año; pero que él aprovechará para trabajar muy activamente en todos los sentidos en pro de dicha Congre-

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