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V. H. FR. EUSTAQUIO DE VJLLALQUITE (1893-1936) Fué Fr. Eustaquio el único de los religiosos d.e la Comu– nidad de Gijón que, detenido el día 21 y llevado luego a la cárcel, no fué fusilado el mismo día 14 de agosto. No he– mos podido saber todavía la causa de esa distinción. Dios, sin duda, le tenía reservado un más prolongado martirio. Nació el 20 de agosto de 1893 en Villalquite (León), y Ct)n el bautismo se le impuso el nombre de Bernardo Cem– branos Nistal. A los veinticuatro años tomaba nuestro hábito en Ea– surto (Bilbao), el 2 de mayo de 1920. Creemos que en la de– terminación de su vocación religiosa debió tener decisiva in– fluencia el ejemplo de dos de sus hermanos que le habían precedido en aquel mismo camino y años antes habían se– guido las huellas del Serafín del Alvernia, ingresando {'11 nuestra misma Orden Capuchina. Al profesar queda durante algunos meses en el mismo convento del noviciado, y luego pasa al de Montehano; más lar·de, en 1925, es destinado de residencia al de Vigo, de donde tres años después es trasladado al de Gijón, perma– neciendo aquí hasta su muerte. Pero lo mismo aquí que en los restantes conventos en que estuvo después de su profc– s~ón, desempeñó el oficio de cocinero o de ayudante de co– cina. P reciso es confesar que su talento no era muy aventa– jado y que sus luces y <lote.s naturales no eran extraordina– rias; sin embargo, no se puede negar que su voluntad era decidida y abnegada, y, si a más no llegaban sus cualida– des, no por eso dejaría de ser recompensado como el buen siervo del Evangelio, ya que a quien mucho se le da, mucho se le pedirá, y a quien poco, poco también. Pero, y no obstante lo dicho, nadie podrá negarnos en modo alguno que trabajaba cuanto le permitían sus fuer-

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