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V. H. FR. EUSEBIO DE SALUDES (1885-1936) Por una providencial coincidencia fueron a encontrar la muerte y participar por ende en las mismas circunstan– cias de la gloria del martirio estos dos Hermanos Legos : Fr. Alejo, de quien acabamos de hablar, y Fr. Eusebio de S::tludes, del que ahora vamos a ocuparnos. Y digo por una providencial coincidencia, porque casi al mismo tiempo co– menzaron la vida religiosa, pues fueron connovicios varios meses, y si más tarde se separaron para seguir uno de ellos la ruta de la lejana América, se encuentran luego a la vuel– ta, primeramente en La Coruña y luego en Gijón. En uno y otro sitio, Fr. Alejo, hombre fornido e incansable, supli– rá las deficiencias de Fr. Eusebio, animoso, sí, pero enfer– mizo, anémico, casi sin fuerzas, y le prodigará los cuidados y la ayuda de cariñoso padre. Era Fr. Eusebio natural de Saludes (León), donde ha– bía nacido el 19 .de febrero de 1885 y recibido en el bautis– mo el nombre de Ezequiel Prieto Otero. A los veinte años pedía ser admitido en nuestra Orden, concediéndosele el hábito el 2 de febrero de 1907, que reci– bió en el Noviciado de Basurto (Bilbao). EN LAS MISIONES DE AMERICA Poco tiempo después de emiti r su profesión fué dcsti– na:do al convento de San Martín de Trevejo (Cáceres), don– de estuvo de familia hasta que se dejó dicho convento en 1·91 5, pasando entonces a León. Tres años más tarde pedía a los Superiores ser enviado a las Misiones de América, y el 21 de junio de 1919 se em– barcaba en La Coruña, rumbo a aquellas apartadas tierra". En los primeros días de julio llegaba a la Isla de Cuba, pre-

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