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V. H. FR. ALEJO DE TERRADll l OS (1874-1936) Nació este santo y ejernplarísimo religioso en Terradi– llos, provinc.ia de Palencia y diócesis de León, el 14 de ju– nio de 1874, recibiendo en el bautismo el nombre de Basilio González Herrero. Siendo de alguna edad-contaba cerca de treinta años– p:dió ser admitido en nuestra Orden en calidad de Herma– no Lego. Y ya en aquellos primeros años de su vocación re– ligiosa, y aun siendo postulante, comenzó a llamar podero– samente la atención de todos por su recogimiento, según nos ha manifestado uno de los que con él estuvieron, Fr. José María de Leaburu. Vistió el hábito en Basurto (Bilbao), el r6 de abril de 1906, profesando allí mismo al siguiente año y quedando lnego destinado de familia en el mismo convento, al ~ele­ b:-arse el Capítulo Provincial en 1907. Cuando el noviciado fué trasladado a Montehano (San– t8.nder) en 1910, también pasó a dicho convento Fr. Alejo. Sin duda los Superiores quisieron que su ejemplar vida fue– se pauta y modelo de los que pretendían abrazar el estado religioso en nuestra Orden Capuchina, y allí, siendo tam– b¡én modelo de los jóvenes estudiantes, siguió hasta 1919, en que, al llevarse a cabo la nueva fundación de una casa en La Coruña, fué enviado entre los primeros moradores de aquella residencia. En ella sufrió las incomodidades sin cuento, las numerosas estrecheces que acompañan necesaria– mente las nuevas fundaciones, y allí continuó los siguientes é-.ños, hasta julio de 1934, en que pasa de familia al conven– to de Gijón, donde habrá de hallar la muerte y, con la muer– te, el mart!rio.