BCCAP000000000000135ELEC

- r89 - <idicultad, sin duda porque la naturaleza no había sido muy pródiga con él en talento y en memoria. Sin embargo, ·en 1908 podía recibir el diaconado, que habrá de ser para él un paso decisivo y transcendental. A partir de esa fecha, los demás estudiantes, máxime sus condiscípulos, observaron en él, con gran sorpresa, un cambio radical; fué desde entonces nota . ble la facilidad que encontró en los estudios, y más que tocio fué su carácter el que sufrió una verdadera transformación. Aquella dureza suya y acritud naturales fueron desapare– ciendo paulatinamente, y en un año se hizo amar y querer extraordinariamente de sus compañeros de Colegio. No sólo llamó desde entonces la atención de los demás estudiantes, sino también de los mismos Superiores, quienes, al año siguiente de ordenarse de sacerdote, 5 de junio de 1909, en el Capítulo Provincial celebrado el verano de 19 ro, le eligieron para el delicado cargo de Vice-Maestro de No– vicios en el convento de Montehano. Sin embargo, no había de ser la formación de los que ansiasen abrazar el estado religioso entre nosotros, su caro– ro predilecto de apostolado; algo más ansiaba su celo y ho– rizontes más dilatados requerían su modo de ser y su ca– rácter activo y emprendedor. Por eso, por propia iniciativa, según creemos, pidió a los Superiores ser enviado a las Mi– siones de América, a Venezuela, Puerto Rico y Cuba, don– de la Provincia de Castilla tenía señalada su parte en la viña del Señor. EN LAS MISIONES DE AMERICA En el mes de diciembre de 1912 se embarcó con tan no– ble objeto en el vapor Buenos Aires, que arribó a San Juan de Puerto Rico el 28 de enero siguiente. Con el P . Arcán– gel iban también otros cuatro Misioneros. Pocos meses des– fJUés, el 19 de julio, era destinado a la residencia ele BayQ– r:JO (Cuba), y especialmente encargado ele la parroquia de Veguita. Aquellos feligreses que la Providencia le encomen– daba, se distinguían en toda la isla por lo irreligiosos e in-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz