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- I77 - Consignemos aquí sus nombres antes de tejer la biogra– fía de cada uno en particular : M. R. P. Berardo de Visantoña. R. P. Arcángel de Valdavida. R. P. Ildefonso de Armellada. R. P. Domitilo de Ayoó. V . H. Fr. Alejo de Terradillos. V. H. Fr. Eusebio de Saludes. V. H. Fr. Eustaquio de Vill~lquite. EL CONVENTO Allá había quedado el convento y la capilla, a merced ue los milicianos que lo asaltaron en la n1añana del día 21 de julio. Lástima fué que no se hubiesen tomado antes de aquellos acontecimientos algunas medidas previsoras para salvar al menos lo más principal e importante. Todo pereció, todo se perdió al caer en manos ele los milicianos y asaltantes: bi– blioteca, imágenes, ropas de iglesia, vasos sagrados, etc. Lo que aquéllos dejaron, se encargó la chusma de saquearlo. Menos mal que todavía los milicianos, algo prevenidos, no hicieron lo que en otras partes: prender fuego a la resi– dencia y a la capilla; las conservaron, afortunadamente, para destinar más tarde aquélla a refugio de familias eva– cuadas y necesitadas, y la capilla, a comedor social. Así que– daron en pie, aunque enteramente saqueadas, con muchos desperfectos, con los deterioros consiguientes e inexplica– bles, pues no puede uno imaginarse qué objeto tend'rían :11 romper ?-lgunas de sus puertas y ventanas.

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