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- 8 - V. H . Fr. Urbano de Somo. V. H. Fr. Sabino de Quintanilla. V. H. Fr. Roberto ele Erándio. V. H. Fr. Saturnino de Bilbao. Hno. Manuel Pastrana. LOS QUE MURIERON Seis de ellos sucumbieron en aquella horrorosa catástro– fe revolucionaria, siendo vilmente asesinados; son los si– guientes: M. R. P. Andrés de Palazuelo. M. R. P . Fernando de Santiago. R. P. José María de Manila. R. P . Ramiro de Sobradillo. V. H. Fr. Aurelio de Ocejo. V. H. Fr. Saturnino de Bilbao. Su vida y martirio, objeto principal de nuestro trabajo, ocuparán más largamente nuestra atención. Seguir, asimismo, la suerte ele los demás religiosos paso ~ paso., ni es posible ni cae d·entro de la índole de esta obra. Para ello sería necesario seguir a cada uno en las prisiones, en las checas, y detenernos a describir sus sufrimieatos físi– cos y morales, sus detenciones, sus privaciones en las cárce– les, escondidos, viviendo en casas particulares o en pensio– nes, encerrados en las Embajadas, evacuados, trabajando en el famoso ferrocarril de los cuarenta días, etc.; pues a todos. en mayor o menor escala, les tocó participar de esas pena– lidades; mas no es esa tarea fácil ni ele reducidas propor– ciones. No es cosa, por otra parte, de repetir aquí lo que en mil libros y folletos se ha publicado sobre el asunto, aplicable en tm todo a nuestros religiosos. Mas sí queremos parar mien– tes en un punto quizás desconocido y muy particular.

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