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-149- chos. Así se lo comuni.có el chófer que llevó al P . Carlos en el coche hasta el sitio donlde le fusilaron, cleclarar.do asi– mismo que le habían invitado a disparar contra él y quizás (aunque él, naturalmente, lo ocultó) a maltratarle; mas él se negó, pretextando ante .los milicianos que el P . Carlos le había hecho muchos favores y que con él siempre se había portado bien, por lo que le estaba muy agradecido. Dicho chofer ha desaparecido de E l Escorial, no sabe– mos si se escondió o, por el contrario, al entrar allí las tro- · pas nacionales fué inmediatamente fusilado por sus muchos crímenes; por eso no hemos podildo enterarnos de otros por– menores de la muerte del P . Carlos. Nos inclinamos a creer, según lo que nos comunica por carta la guardesa del Hotel :rvledina, que antes de matarle le debieron dar cruel marti– rio, y que durante toda la noche hicieron ele él cuanto qui– sieron; incluso hasta le obligaron a cavar su propia sepul– tura con pico y pala. Por no saber el lugar exacto rdonde fué enterrado, ni poder localizar sus restos, no ha sido tampoco posible tras– ladarlos a mejor sitio y más honorífico lugar, como hubie– réJ sido nuestro deseo. Quede únicamente y con certeza con– signado. que en la bifurcación de las carreteras de El Es– corial y Robledo de Chavela, sitio conocido con el nombre de Cruz Verde, pendió el P. Carlos su vida, con muerte ig– nominiosa a los ojos de los hombres, pero preciosa ante los de Dios y de la Patria.
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