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- 113 - TODOS EN LIBERTAD Del mismo modo, y sin ningún otro alivio, pasan la no– che siguiente, turbada tan sólo por un terrible incidente que viene a colmar los horrores de aquellas horas. Varios mili·· cianos, animados de muy aviesas intenciones, logran entrar en los sótanos, armados de pistolas ametralladoras. Puede suponerse el revuelo que se armó entre los detenidos, que, por otra parte, no tenían posibilidad alguna de huir. Gra– cias a la intervención rápida de los guardias de Seguridad, que los desarmaron y encerraron en los calabozos, todo ter– minó sin más consecue~cias que el miedo pasado. Y estamos a 25 de julio, festividad! de Santiago Após– tol. A las nueve y media de la mañana son nombrados tod0s los religiosos del convento de El Pardo y puestos en liber– tad. Reunidos en una de las puertas de la Dirección, el Pa– dre Guardián entrega a cada uno nota de la casa que les está señalada para hospedarse. Y sin más, salen a la calle con paso vacilante, con el miedo de encontrarse con una terrible aventura. Narrar cuanto a cada uno sucedió después no es posible, como ya dejamos indicado, ni cabe dentro del plan prefijado. De los sufrimientos, cárceles, detenciones, etc., padecidos por nuestros religiosos de la Comunidad de El Pardo ha– bía que repetir cuanto hemos dicho anteriormente respecto de los de Madrid; otro tanto decimos de la activiclébc:L des– arrollada por los Padres y por los Hermanos en cuantas cir– cunstancias se hallaron. lo mismo en tiempo de persecución que de calma, de encerramiento o de libertad, y sobre to:Io por lo q"ue respecta al apostolado ejercido por los Padres. Lo omitimos en gracia a la brevedad y para no repetir con– ceptos. LOS NIÑOS SERAFICOS Como ya dejamos dicho, los Niños Seráficos fueron lle– vados al Orfanato, donde se les recibió y tt·ató con gran ca-

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