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- 104- de luego muy desastrosos, nadie, humanamente hablando, podía prever. Por eso ya deSJde aquella fecha fué cuidado de los Superiores prevenir los acontecimientos y aminorar cuanto posible fuese la catástrofe. Efectivamente: se pensó y realizó ya desde marzo de aquel año, y para el caso de una dispersión o de un asal– to, buscar alojamiento en casas particulares de Madrid para todos los Niños Seráficos, como asimismo se hizo pant todos los Religiosos. Mas es:.L medi;da de enviar a los Niños a casas parti– culares debía llevarse a efecto solamente en un caso ex– tremo y verdaderamente apurado. Por otra parte, no care– cía de inconvenientes y hasta de peligros, razón porTa cual los Superiores pensaron salvar la situación de un modo qni·· zás más costoso y menos cómodo, pero, en cambio, mucho más seguro. Por lo demás, los Religiosos, lo mismo que los Niños, estaban preparados convenientemente; tenían sus trajes rle seglar y asimismo, volvemos a repetir, señala.das en Madricl casas donde pudiesen vivir hasta que el peligro pasase. SE PIENSA ENVIARLOS A PORTUGAL Vistas las dificultades que arriba hemos apuntado, los Superiores se decidieron por buscar para los Niños un si– tio y casa a propósito en la vecina nación de Portugal. Con– vidábales para ello la ocasión de haber fundado allí nues– tro.s Padres de Castilla algunas residencias, donde vivían hacíá más de un año, siend9 altamente estimados de loe; portugueses, y con tal fin, y aprovechando esa oportunidad, se alquiló una finca donde, además de alojamiento y solaz, podrían proseguir con toda libert<~.~dl sus estudios. Con tal objeto fueron enviados de antemano algunos Padres a preparar el camino y cuanto fuese necesario para los primeros momentos, esperando, entre tanto, llegara la hora oportuna y propicia de que los Niños, juntamente con

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