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V. H. FR. AURELIO DE OCEJO (r881-1936) En la misma sepultura donde estuvieron depositados du– rante casi cuatro años los restos del P. Manila, lo fueron asi– mismo los de otro religioso nuestro, perteneciente como él a la Comunidad de Madrid, Fr. Aurelio de Ocejo, asesinado también en el mismo día, aunque en distinto sitio. Pocas noticias podemos dar de su vida, fuera de los da– tos que pudiéramos llamar oficiales. Nacido en el puebleci– llo de Ocejo (León) el 4 de febrero de 1881, recibió al ser bautizado el nombre de Facundo Escanciano Tejerina. A pesar de nuestras pesquisas e investigaciones para ave– riguar algo concerniente a su infancia o su juventud, nada de particular nos han podido referir; tan só1o que, como hijo de padres labradores, vivió dedicado a las labores propias del campo hasta la edad del servicio militar. Una vez que hubo cumplido ese deber para con la Patria, licenciado y vuelto a la rasa paterna, manifestó sus deseos de ser religio– so, y, decidi•do a seguir la voz de Dios, abandonó el mundo, tomando luego el hábito de nuestra Orden en el convento de Basurto (Bilbao), el 31 de diciembre de 1908, cuando con– taba veintisiete años de edad, profesando allí mismo al año siguiente, y, pasa 1 do el _tiempo de los votos simples, profesó solemnemente en 1916. EN LA ADMINI STRACION DE LA REVISTA Su vida se condensa, como la de todo Hermano lego de nuestra Orden, en la oración y el trabajo, y los trabajos que le fueron encomendados por los Superiores, al menos des– de 1915 hasta su muerte, fueron los que lleva consigo la ad– ministración de uria revista.