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ART. 1; DE PENTECOSTÉS A FIN DE k'íO 77 tual, o en otra, según conviniere, no debe omitirse aun cuando por cualquier otro motivo deba hacerse por la tarde; pero la Misa no debe decirse en el altar de la ex– posición. 184. Día misionaL- Este día debe considerarse como una cruzada de oraciones y comuniones, de limosnas y de celo ardiente en favor de las Misiones y de la Propa– gación de nuestra fe católica. El domingo anterior se anuncia ya al pueblo, encareciendo su significación e importancia, y sobre esto se vuelve a insistir de nuevo en el mismo Día misional, durante las Misas de hora y en la función de la tarde. En esta función de la tarde ~e expone su divina Majestad ; se predica y se rezan algu– nas preces especiales por la prosperidad de las misio– nes, sin omitir la oración de S. S. Pío XI: Amabilísi– mo Señor mtest7o Jesucristo. 185. Fiesta de Cristo Rey.-Esta fiesta, que se cele– bra el último domingo de octubre, es para la Iglesia de grandes esperanzas en la consecución de un mayor bien espiritual, tanto de los fieles particulares, como de los magistrados y gobernantes; por ser ella muy apropiada para promover en todos un tenor de vida tal, que sea verdaderamente digno de cuantos aspiren a ser súbditos obedientes, fieles y amantes del Rey D ivino. Procúrese, pues, que a la festividad preceda un triduo o novena pre– dicados, donde las circunstancias lo aconsejen para P-1 bien de las almas . El día mismo de la festividad explí– quese la significación de esta fiesta, por la mañana en algunas de las misas y en la función de la tarde, que debe celebrarse con exposición de su divina Majestad. Antes de la reserva, recitará el preste el acto de consa– gración al Sagrado Corazón de Jesús: Dulcisimo Jesús

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