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28 PAJ.\T. 1, CAP. 1: DISTRIBUCIÓN COTIDIANA DEL TIEMPO y los S uperiores velarán porque se conserve en todo su vigor esta santa costumbre. 61. No habrá en nuestros conventos, s in permiso es– pecial escrito del reverendísimo P. General, aparatos de radio de ninguna clase, ni para uso común ni partir:u– lar, y los Superiores exigirán la fiel observancia de esta disposición, tan necesaria para que el recogimiento, !a piedad y vida interior, la observancia y el amor al estu– dio se conserven en el claustro. Y en el convento para el que se hubiere concedido dicho permiso del reverendísi– mo P . General, el Superior vigilará para que los re– ligiosos se atengan a los términos precisos. 62. Observancia regular.- La vida común lleva tam– bién consigo la observancia regular, es decir, la p untual asistencia a los actos de comunidad, tanto de coro como de refectorio o donde se practiquen . Esta observancia re– gular es medio muy principal de santificación en nuestra vida religiosa. En esos actos especialmente se cumple la promesa de Jesús : «Donde están do.s. o tres co.n,gregado~ en mi nombre, allí estoy yo en medio de elloS>> 1. Tanto estiman nuestras Constituciones y Ordenacio– nes esta observancia común, que ni el oír confesiones puede dispensar a los padres de asistir así a l coro como al refectorio sin licencia del Superior; .ni el ir a confesar religiosas debe ser en detrimento de dicha observancia z. 63. También los religiosos forasteros, después del suficiente descanso, están obligados al coro de día y de noche y a todos los actos de la regular observancia 3 1 Math, 18, 20.-2 Or. 91.-3 Or. 9i.

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