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ART. V: VIDA COMÚN.-UNIFORMIOAO 25 tarde e~ acostarse más de la hora señalada sin permiso del P. Director respectivo. Eviten todo ruido, sea den– tro de la celda, sea andando por el dormitorio, a fin de no molestar a nadie. 47. Acostarse.-Hechas sus devociones, llegado e! momento de acostarse, piden la bendición a la Santísi– ma Virgen, diciendo: Nos wm p7ole pia, benedicat l'i1'– go MaTia, toman agua bendita, santiguándose ; y luego, rociando con ella la cama, dicen : Ecce CTucem Domini, fugite pa'T'tes ad'VeTsae. ARTÍCULO V.-VIDA COMÚN.- UNIF0RMIDAD.- OBSER– VANCIA REGULAR.-SILENCIO EVANGÉLICO Y REGULAR. 1 '!; : l 48. La vida común.-Es el a lma de la vida religiosa. Es la más fuerte defensa contra la relajación de la disci– plina regular y el remedio más eficaz contra los abu– sos existentes. De la vida común nace la uniformidad en todo cuanto los 'religiosos usan; nace la observancia regular en todo cuanto los religiosos hacen. El esplendor y prosperidad de una Orden religiosa está siempre en proporción al celo que en ella se tiene por la vida común, manifes-– tada en la perfecta observancia regular y en la completa uniformidad de sus miembros los religiosos. 49. Uniformidad.-La vida común exige completa uniformidad en la comida; en la forma, calidad y nú– mero de las prendas del vestido ; en las celdas y mobilia– rio de las mismas, y todo en conformidad con la santa pobreza. Las excepciones sobre esto requieren causa jus-– ta y permiso del Superior.

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