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32~ PART. 111, CAP. Xlll: MISIONES EXTHANJER,\S tio bien patente la lista de los actuales misioneros y tam– bién de los ya difuntos que han sobresalido por sus vir– tudes o por las obras de su apostolado 1. 879. Terminada ya la carrera, conviene que los de– signados para misioneros sean también in"iciados en aquellas artes u oficios qwe les pueden ser más útil.;s en las misiones, a las que han de ser destinados. De modo muy especial debe proveerse a la formación de los hermanos legos en aquellas profesiones, artes u oficios que luego habrán de ejercer por sí mismos en las misiones, y a fin de que estén debidamente capacitados para poder enseñárselos a los indígenas 2 • 880. Aquéllos a quienes la obediencia dc~ignare para ir a misiones, den muchas gracias a Dios porque los ha elegido para imitar tan de cerca la vida de nuestro divi– no Redentor; considérense muy honrados con tan apos– tólico destino, y Uénense de aquel ardiente celo de ganar almas para Cristo que abrasaba el corazón del apóstol San Pablo. 881. Recordamos aquí que cuando ocurriere el fa– llecimiento de algún religioso nuestro en las misiones, y lo mismo en las custodias, si las hubiere, el Superior local lo comunicará con urgencia y por medio rápido al Superior regular o al Custodio provincial correspondien– te, para que éstos lo transmitan rápidamente al P. Pro– vincial, quien, por su Secretario, lo comunicará a las casas de la provincia para que se les apliquen los debi– dos sufragios s. l ::it. 58.-2 SL. 62.---3 St. 142,

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