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ART. ÚNICO: MISIONES EXTRANJERAS 323 875. Vigilen cuidadosamente los Superiores provin– ciales sobre los verdaderos móviles de los que aspiran a ir a misiones : si son constantes en sus propósitos, si por ello se enfervorizan o se enfrían en la piedad, si descui– dan la. oración o el estudio, si son cada día más obser- vantes l. ' El verdadero espíritu misionero no podrá menos de comunicar vida y fervor a todas las demás obras y virtu– des del que lo tiene. 876. No sólo es verdadera vocación la inclinación positiva a evangelizar a los infieles, sino también la sim– ple disposición a obedecer en todo al mandato de los Su– periores. Los religiosos, por tanto, obedientes y virtuo– sos, aunque no manifiesten un deseo especial, pueden ser enviados a misiones, con tal de que tengan los de– más requisitos generales 2. 877. Procuren los Superiores preparar diligentemen.. te a los religiosos antes de enviarlos a misiones. Y ya desde el seminario seráfico se debe enseñar la geografía, historia, etnografía, religión e idioma oficial de las res– pectivas misiones provinciales. Y no debe faltar, en el curso de teología, una cátedra especial de misionología y ciencias afines a. 878. Ayudará no poco a ir formando el espíritu mi– sionero, el que lean con frecuencia en los seminarios se– ráficos y en los colegios mayores libros relativos a misio– nes y biografías de misioneros ilustres; así como el pro– curar organizar veladas sobre asuntos de misiOnes, bi– bliotecas y pequeños museos misionales; el tener en si- 1 S~. 55.-2 St. 56.-3 St. 57, 59, 60.

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