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14 PAltT. f. CAP. 1: DISTRIBUCIÓN COTIDIANA DEL TIEMPO pacio de una hora, como es costumbre en las proviucias de España. Para esto se escogerán los mejores libros, prefiriéndose, en cuanto sea posible, los de autores de la Orden. La lectura se distribuirá de tal modo que, ordi– nariamente, no se repita la misma más de una vez al año, ni se haga siempre por el mismo autor. En las festivida– des léanse las meditaciones que corresponden al misteriio o solemnidad que se celebra, empezando ya la vigilia por la tarde 1 . Durante la oración se podrá dejar la luz conve– niente para que puedan servirse de algún libro de me– ditación los que lo deseen, y cuando no se dejare esta luz, procúrese evitar la excesiva oscuridad, dejando la suficiente luz para facilitar el tránsito de los religiosos que hayan de entrar o salir durante la oración. Lo mis– mo se hará en la oración de la tarde. En los noviciados y colegios pertenece al primer acó– lito leer los puntos de meditación ; Y. al segundo, cerrar las ventanas o correr las cortinas del coro, una vez ter– minada la lectura. La oración se termina, tanto a la mañana como a ia tarde, con el rezo del Sub tuum pra.esidium. Y si el finai de la misma coincidiere con el de la hora, se rezará ade– más, antes del Sub tuum p7aesidium, el Avemaría con las preces o jaculatorias acostumbradas, como anterior– mente se dijo z. 17. Todos los religiosos clérigos o legos que no es– tuvieren exentos o legítimamente impedidos, deben asis– tir a la oración mental. Los Superiores locales y provin– ciales deben corregir a los negligentes y castigar a los 1 Or. 67, 2.-2 N. 5.

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