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264 P.\RT. Jll, CAP. IX : OFICJOS OF. LOS HERM&'\OS LEGOS 690. Pondrá el enfermero gran cuidado en lo que ordenare el médico para ejecutarlo exactamente, sin fal– tar en nada ; y lo mismo el enfermo que el enfermero rindan su juicio al médico haciendo cuanto él mande; así practicarán la obediencia, y evitarán muchos incon– venientes, y a veces, escrúpulos de conciencia. Si hubie– re varios enfermos, no se ffe de la memoria, y cuide de apuntar las prescripciones del médico para cumplirlas fielmente. 691. El enfermero habitará, mientras haya enfermos, en la misma enfermería, y si esto no fuere posible, en una celda próxima. Visitará los enfermos con frecuencia, lo mismo de día que de noche ; y con más frecuencia a lqs que estuvieren más graves; pues es de gran consuelo para el paciente el ver al enfermero en su celda preguntándole con amor y caridad cómo se halla y si necesita alguna cosa. Será muy diligente en acudir siempre que el enfermo le llame, de– jando cualquier otra ocupación, y hágalo siempre con el mayor agrado, sin contrariarse nunca por ello. 692. Debe cuidar también de la limpieza no sólo de las celdas y enfermería, sino también de la persona del enfermo y de las cosas de su servicio, mudándole la ropa los sábados, o con más frecuencia si fuere menester. Procure que la comida de los enfermos esté bi<i!n con– dimentada, y si alguno estuviere tan débil que no pudie– re tomarla por sí mismo, désela con mucha caridad. Por la noche ayúdeles a arreglarse en la cama extendiendo y componiendo bien las sábanas y mantas, y dejándolos consolados en todo.

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