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262 PAR.T. IIJ, CAP. IX: OF!ClOS DE LOS HER..\fANOS LEGOS ARTÍCULO Vll.-HERMANO ENFERMERO. 685. El hermano enfermero debe elegirse entre los hermanos legos que sobresalgan por su caridad, diligen– cia, discreción y paciencia. Debe ser caritativo, que no perdone trabajo, vigilias ni fatigas para suministrar al enfermo cuanto pueda de alguna manera aliviarle. Debe ser diligente y discreto, para procurar sin dilaciones los remedios convenientes. Debe mostrarse muy afable para consolar y recrear piadosamente al enfermo. Debe ser muy sufrido y dulce, para no cansarse nunca de las im– pertinenciias del enfermo, y esto, a!Jnque algunas veces le viere como de mal hu'mor y poco agradecido, que, de ordinario, será efecto de la enfermedad; antes al contra– rio, en esos casos redoble s~.¡ caridad y solicitud. Con el fin de que pueda cumplir satisfactoriamente con su delicado oficio, conviene también que aprenda to– das aquellas prácticas que suelen ejercer en los sanato– rios y hospitales los enfermeros y practicantes. 686. El cuidado de los enfermos exige de los Supe– riores y de los súbditos toda la caridad, benignidad y solicitud posibles. A imitación de nuestro Padre San Francisco, debemos ver en cada enfermo, no un peso para el convento, sino un regalado recuerdo y una imagen viva de nuestro Señor Jesucristo, quien recibirá como hecha a Sí mismo toda obra de caridad que hiciéremos en favor de los enfermos. 687. Este solícito cuidado de los enfermos es, en primer término, una de las principales obligaciones del Superior l; y aunque los demás religiosos no estén exen- 1 Con. 121.
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