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184 PART. lll, CAP. III: SANTA VISITA para que nadie dé torcidas interpretaciones a lo que diga a cada uno de los grupos. 445. Oída la culpa e impuesta a los religiosos una penitencia saludable por las negligencias y transgresio– nes COrJ?-etidas en la regular observancia, el Visitador, re– vestido de sobrepelliz y estola morada, da la absolución general a la comunidad en la forma que prescribe el Ce– remonial1 . 446. Las actas de la santa Visita sean redactadas en debida forma, anotando en ellas brevemente todos los puntos, mandatos y disposiciones, salvo lo que pertene– ce a la corrección paterna de alguno en particular y, en general, las cosas que no atañen al buen gobierno y a la administración del convento. Véase si se ha cumplido lo ordenado en la Visita precedente, y, en caso de haberse tenido dispensa de alguna de las ordenaciones anteriores, hágase constar en el acta, y también el motivo de dicha dispensa. 447. Las ordenaciones de la santa Visita, provincial o general, sean leídas en público el día de retiro men– sual, durante el tiempo que el Visitador señale, para que nada de lo dispuesto se eche en olvido. Y sean los Su– periores provinciales o locales, respectivamente, los pri– meros en respetarlas y cumplirlas, y después amonesten y castiguen a cuantos rehusan observarlas. Sean también corregidos y castigados los que con sus críticas y mur- . muraciones son causa de que no se cumplan, o se cum– plan imperfectamente, las disposiciones de la Visita. 448. Concluída la Visita de la provincia por el pa– dre Provincial, enviará éste al P. General exacta rela- 1 c. 2966.

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