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J80 PART. III, CAP. ITI: SANTA VISITA ción. Los demás religiosos le recibirán arrodillados en la portería. E1 P. Provincial, al entrar, les rocía con el hisopo, qu~ le habrá ofrecido el P. Guardián, y después les da a besar la mano. Procure el P. Guardián no falte nada al P. Provincial, según lo pide la caridad y la hospita– lidad franciscana, máxime en esta ocasión, en que viene a cumplir tan provechoso ministerio pastoral. 436. El modo de dar comienzo a la santa Visita es congregar a toda la comunidad, en el refectorio o en otro lugar conveniente, para dirigir a los religiosos una breve plática o exhortación, poniéndoles de manifiesto la im– portancia de la santa Visita, la obligación que los Supe– riores tienen de hacerla 1; y, por con~iguiente, el dere– cho y la obligación que les asiste de interrogar a los re– ligiosos, cuando lo juzgue oportuno, sobre todo cuanto atañe de alguna manera a la Visita. También les mani– festará la correlativa obligación de los religiosos de res– ponder con toda veracidad t. Acto seguido, les dará el mérito de la santa Obedien– cia, aun con precepto, si lo estima oportuno, para que todos declaren aquellas cosas que en su concepto necesi– tan de corrección y de reforma, y revelen también los delitos de sus hermanos, públicos u ocultos, que puedan originar algún daño a la comunidad, exhortándoles jun– tamente a proceder en todo sincera y fielmente, sin exa– geración alguna a. 437. No estará fuera de propósito recordar aquí al– gunos principios de prudencia y de discreción que los 1 Can. 511.-2 Can. 513, J.-S Ord. 288.
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