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ART. VI: nRPECTOniO 141 dar escogiendo lo mejor de los manjares que se le pre– senten, el comer con ansia, el hacer ruido al beber o sor– ber los lfquidos : defectos éstos, y otros semejantes, que siempre deben evitarse. 335. Durante la mesa, tanlo al desayuno, cuando se toma en comunidad, como a mediodía y a la noche, no se permiten lecturas privadas de ninguna clase. 336. Cuando el Superior tenga que advertir algo a la comunidad, lo hará al final, antes de levantar la mesa, diciendo : Deo gratias, y todos se pondrán en pie hasta que les mande sentarse; concluída la advertencia, dirá : Sea por amor de Dios. 337. Es obligación principalmente del Superior ob– servar si falta alguna cosa a la comunidad, para proveer– la ; a este fin dará en la jarra dos golpes con el cuchillo para llamar al refitolero. Mas sí a alguno de los religio– sos le faltare alguna cosa, Pi q~e está a su lado avisará al refitolero dando con el cuchillo dos golpecitos en el vaso para que le sirvan lo necesario. Si el que avisa al refitolero no fuere sacerdote, se pon– drá en pie hasta que haya dado el encargo, sentándose después en seguida ; pero, si fuere sacerdote, no se pon– drá en pie, sino que, al acercarse el refitolero, hará una pequeña inclinación para que advierta quién le llama. 338. A l entrar o salir del refectorio el P. Provincial, o el Superior del convento cuando aquél no está presente, todos los religiosos se pondrán en pie, y el que lee sus– penderá la lectura hasta que se hayan sentado o salido, a no. ser que él les indique sentarse antes ; mas, estando presente el P. Provincial, al entrar o salir el Superior del convento, todos sus súbditos le harán solamente, al pa-

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