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120 P.\R'l'. 11, CAP. lll: IH~PE:-IDENCIAS CONVE:\TUAL!lS 284. Nuestros refectorios sean suficientemente espa– ciosos y estén bien ventilados e iluminados. Sean pú– bres, pero al mismo tiempo haya en ellos todo lo necesa– rio para el servicio a que están destinados, y todo con In mayor limpieza posible. 285. En la testera póngase el cuadro de la Cena y una pequeña imagen de María Santísima, para dirigirst' a Ella en numerosas ocasiones en que se reza el Avema– ría en nuestros refectorios. A un lado del cuadro de la Cena se colocará un cuadro de nuestro seráfico Padre San Francsico; y al otro, uno de nuestro Padre Santo Domingo. En las otras paredes se colocarán cuadros de regular dimensión, sea al óleo, sea en oleografía, que re– presenten principalmente a religiosos difuntos de la Or– den, de la provincia o del convento, ilustres por su san· tidad y méritos extraordinarios. Conviene, igualmente, que haya dos pequeños cuadros con el retrato del Pontí– fice reinante y del P. General que actualmente gobier– na la Orden. 286. Las mesas sean sencillas, de madera sólida y limpia. En la testera habrá dos, con un espacio inter– medio, para que pueda entrar y salir fácilmente el padre Provincial y el P. Guardián, a quienes toca ocupar, respectivamente, ambos lados de la presidencia. Cada mesa tenga tantos cajones cuantos religiosos puedan cómodamente colocarse. En dichos cajones no se guardarán cosas de comer, y estarán siempre m~;y lim– pios; en ellos cada religioso guardará la servilleta, vaso y cuchillo de su uso, y también la cuchara y tenedor, si no se llevan a la cocina. Para sentarse, colóquense bancos bastante anchos em– potrados en la pared ; y haya a lo largo de los asientos
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