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ART. Vl: nEFECTORlO H9 281. Procúrese que la vajilla sea de una materia só– lida y limpia, pero sin lujo. Y oportunamente se retira– rán del uso aquel10s utensilios que, por el excesivo des– gaste o por la pérdida de esmalte, no reunieren las debi– das condiciones de higiene y aseo. Los delantales de la cocina han de ser de un color no muy oscuro, para que no fomenten la falta de limpieza, y procuren los encargados lavarlos con frecuencia. Lo mismo harán con los paños o lienzos de secarse las manos. 282. Para que los cocineros mantengan más fácil– mente el espíritu de devoción y recogimiento, en todas las cocinas haya un nicho o capillita, cubierta con un cristal, dentro de la cual se colocará una hermosa y de– vota imagen de María Santísima, convenientemente adornada. ARTÍCULO VI .-REFECTORIO. l. Disposición material.-Despensa. 283. Atendiendo a que nuestros refectorios, además de su destino propio, suelen servir para celebrarse en ellos algunos actos de comunidad de los más respeta– bles, como reuniones capitulares, conferencias de Visi– ta; y en ellos se leen y publican todas las cosas concer– nientes al gobierno y a la dirección de la Orden, procu– ren los Superiores y Fabriqueros disponer de tal mane– ra la fábrica de los conventos que desde fuera nada se pueda oír de cuanto en ellos se lea o hable. Por tanto, nunca se coloquen éstos muy próximos a las calles o caminos, que pasan junto a nuestras casas.

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