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Afl'l'. 111: SACRISTÍ.\ 103 - ---- 241. El coro alto tenga una celosía que impida el qul' tos religiosos sean vistos desde la iglesia. Ningún fraitc debe asomarse a la celosía mientras se celebren actos de culto o de observancia regular. Por lo demás, apliquese al coro alto, en cuanto posible, lo dispuesto en el núm~ro precedente. 242. Para evitar toda singularidad, los asientos, re– clinatorios y demás muebles de nuestros coros se rán de madera sencilla ; y no se adornen con esculturas u otros dibujos, ni con más pintura que la necesaria para dar a la madera un color oscuro. ARTÍCULO lll.-SACRISTÍA. 243. No olviden los frailes que los mejores y más preciosos adornos de nuestras sacristías, lo mismo que de nuestras iglesias, son la limpieza y el aseo en todo; juntamente con la religiosidad y el silencio, que en la sacristía debe ser perpetuo l. En la sacristía debe colocarse un mueble grande, construído en forma de cómoda, provisto de los depar– tamentos o cajones necesarios para guardar en ello~ loc:– ornamentos sagrados. Estos, principalmente las ~.- ..su– llas, deben quedar extendidos en los cajones, separados Sf·gún los diversos colores, y ordenados dentro del mis– mo color según la clase : primera, segunda y tercera. Junto al lugar donde se revisten los sacerdotes, póngan– se, dcbidamen te ordenados, los cajoncitos necesarios para que cada sncerdote.pueda colocar en el señalad1 con su nombre el alba, el amito, el cíngulo, el corpora\ ¡ el purificador que usa. 1 Con. 67, 103; Or. 141.

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