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Capítulo VI La primera época de Pamplona (1942-1948) Todo se disipó desde el primer día El joven estudiante romano, serio y absorto en sus estudios, no las tenía todas consigo. Al cerrásele, al menos de momento, la realización de aquel su idealismo misionero ¿acertaría con esta tarea que ahora iba a ser su destino? Las cosas fueron así. * * * S i hasta entonces había mirado con cierto miedo mi papel de educa– dor y abrigaba basca cierro temor ante mi primer encuentro con nuestros jóvenes, todo se d isipó desde el primer d ía que me hallé entre ellos. Vi que tenía el carrel hecho ya. Como necesitaba reponerme, pasé un mes ente– ro en la casa de veraneo de Urbasa al frente de un grupo de ellos. El éxito fue complero. Vi que rimaba con su mentalidad y con sus senrimienros; yo los entendía y ellos me entendían. Me hacía obedecer sin violencia y con entusiasmo. Iba a ser su profesor favorito. Por o tra parte, el Director del Colegio, Padre Ricardo de Lizaso, no disimulaba la confianza que ponía en mí, dejándome las manos libres para todas mis iniciativas. Con alma, vida y corazón Pamplona-Extramuros, convento fundado en 1606, era la casa madre de la Provincia. Al volver el P. Lázaro de Roma, encontró una notable novedad con respecto a sus años de estudiante. Ya no era la Curia pro– vincial. porque desde la inauguración de San Antonio ( 1940) la Curia habfa pasado allá.

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