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70 VOCACIÓN Y CAMINO (1913- 1942) Pamplona-Extramuros. Pensando en la /Of'l'tl(ll;i6n para el fururo. Balance espiritual Ames de pasar al sacerdocio hagamos, hagamos balance de teología, o más bien, dejemos que a bastantes años de distancia lo haga el P. Lázaro. *. * Los cuatro años de teología fueron para mí de maduración de mis ide– ales y de toda mi personalidad. A ello comri.buyó, en pane, aquel estado de anonnalidad en que se desarrolló nuestra vida durante la guerra. El seguir adelante en aquellas circunstancias era ya una gracia especial del Señor. Muchos se no~ fueron entonces. De los 21 que profesamos en Sangüesa, sólo quedábamos catorce; los otros siete habían colgado el hábito por diversos motivos. Yo tuve mis altibajos de fervor y de des– orientaCIÓn espiritual; pero la vocación no flaqueó ni un momento. Volví a mi acrivismo de ames de la enfermedad, aunque en forma más personal. Trabajé mucho inrelecrualmente; lef mucho y bueno. Cultivé a mi gusro mis aficiones a los remas misionales y avivé mi deseo de ser enviado a paí– ses entre mfieles. Entre los soldado~ del hospital organicé días m1sionales con éxito satisfactorio. La afectividad adquirió ahora una forma real y próxima, y también más positiva. Trabé por primera vez intimidad con algunos compañeros; con otros intenté, pero fracasé. No era imimidad tonta, sensiblera; más bien consistía en insinuarme en ellos para hacerles vivir mis propios ideales.

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