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64 VOCACIÓN Y CAMINO (1913 - 1942) En el curso siguiente (37-38), tercero de Teología, fr. Lázaro es el pre– sidente de la Comisión Misional, por designación del P. Director. y de momento secretario provisional, para poder escribir el 1 de noviembre: "Hemos tenido la primera charla misional del presente curso, en que nos proponemos estudiar la Misionología Histórica"ll. Los días misionales se siguen celebrando como de costumbre, comenzando por la gran fecha de San Francisco Javier. Fr. Lázaro tiene en el programa una intervención: "La idea misional en la Nueva España". La Epifanía del Sei'ior es vivida como gran fiesta misionera. Se repre– senta El Divino Impaciente, poema dramático de José María Pemán, autor selecto en nuestros seminarios. Fue una velada abierta al vecindario, y la Crónica del Colegio -también en este caso de puño y letra de fr. Lázaro– dice: "La ejecución ha sido cual convenía a la obra que se representaba, fuera de algún que otro desliz como el hacerle agonizar a Javier debajo de una mesa. Las decoraciones e iluminación con brillantez inesperada; el protagonista, fr. Ambrosio [de Lorca]. insuperable. Todos se han quedado satisfcchísimos y con ganas de que se repita. La preparación ha sido cos– tosa, pero el éxito ha compensado rodas las fatigas"~<. Nada dice el cro– nista sobre Íñigo de Loyola, si estuvo o no a la alwra de su alra misión el Fundador de la Compañía; tan sólo que por el reparto sabemos que este papel cayó en la hierática figura de fr. Lázaro de Aspurz, acaso como un vaticinio de que él enviaba a las Indias, debiendo permanecer en estas partes de la Cristiandad. ¿Enfermo, estudiante y soldado? La pleuritis que le había retenido en Sangüesa podía alterar los estu– dios. El P. Lázaro nos lo cuenta: "A los tres meses y medio me pude incor– porar al primer curso de teología en Pamplona. Iba mejorando, pero no curado del todo. El mal seguiría molestándome mucho tiempo y sigue todavía. La pleuriüs se me ha renovado muchas veces y es en mí enfer– medad de roda la vida. Mis cuatro años de teología fueron muy azarosos en cuanto a la regularidad de los estudios. El primer año tuvieron que obtener dispensa de escolaridad en Roma, por los meses perdidos. Con todo me apliqué en serio y llamé la atenci6n de los profesores en los exá– menes"ls. En efecto, según los libros de calificaciones el resultado fue sobresaliente: En el primer curso: Apologética 4, Escritura 4, Moral 4, » Crónica Misional/, 1 nov. 1937, p. 193. " Crimica 11. enero 1938, p. 25. n Con esta cita y las siguientes nos rcfcrlmos a las que hemos llamado ·~Notas confidenciales".

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