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En Alsasua, aprendiz de sacerdote capuchino (1926-1931) 41 nuevas expediciones de misioneros (1927. 1929.1932), cuyas despedidas se celebraban principalmente en nuestros colegios con el mayor entusias– mo y con codos los recursos espirituales y emotivos. Desde joven había– mos oído que el P. Lázaro había querido ser misionero en China; luego sabremos que este ~u mor no era infundado. La Eucaristía, la Virgen y las misiones eran los tres ideales que daban suelta a todo el entusiasmo juvenil de los "seráficos". La gran mayoría de los religiosos sacerdotes de la provincia hemos pasado por el seminario seráfico y podemos hablar de estas cosas. Podemos recordar lo que eran las veladas misioneras con la presencia, a ser posible, de algún misionero de tierras lejanas, que nos hablaba de sus andanzas apostólicas en una confe– rencia a la mañana, y por la tarde velada recreativa con la representación de un drama misional. Así se celebraban las grandes fiestas misioneras del Colegio, sobre todo San Francisco Javier y San Fidel de Sigmaringa. Recuerdos y confidencias Podríamos añadir detalles acudiendo a las crónicas del Colegio y a los programas de las fiestas. Pero en este caso para proseguir nuestra biografía tenemos las páginas confidenciales a las que hemos aludido. La biografía se torna autobiografía. Sobran detalles que podemos recomponer de la vida del Colegid cuando el mismo interesado abre su corazón con recuer– dos y confidencias. * * * Al ingresar en el seminario seráfico de Alsasua acababa yo de cumplir los trece años. Me hallaba yo bien desarrollado; mi talla era superior a la corriente en esa edad. Muy observador por naturaleza, hecho a vivir mi vida en silencio, me gustaba más ver y sentir que comunicarme. Pero no era cerrado; menos aún, calculador. Era sincero y creo me mantenía inge– nuo y sencillo no obstante cierta madurez aparente. Por eso me desenvol– vía con naturalidad con mis compañeros, no obstante ser los de mi curso de menor edad en su mayoría; los había de diez años. Como mi vocación era ya en mí una postura de madurez y de reflexión, •El capuchino José Antonio Echcvcrría (que en Alsasua lo conocimos como P. losé Antonio de Azqueta}, largos años profesor de los seráficos, más tarde profesor en Lecároz. que tiene una literatu– ra amenísima. ha escrito un libro sobre los tiempos pasados centrándose sobre todo en Alsasua: M;mndo atrás con amor: Pequeñas memorias ele memoria (Burlada. Curia provincial de capuchinos, 1983. 307 pp.). "Un testimonio personal de primera mano que deberá ser tenido en cuenta para apro– ximarse a nuestras casas de fonnaci6n. sobre todo al seminario de Alsasua...... escribía el pr.:scntador de la obra en Bol.Of 38 (1983) 216.

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