BCCAP000000000000132ELEC

Palabras de despedida Al terminar de escribir la "Vida y misión del P. Lázaro" doy gracias a todas las personas que me han ayudado a escribir este libro; sois muchos, muchas, y lo habéis hecho con amor; gracias de corazón. Vuestros nom– bres están esparcidos a lo largo de las notas, a veces escritos, a veces ocul– tos. Gracias por este servicio de caridad. C ierro estas páginas hoy, en el día de gracia 9 de febrero de 1999. l lace un año en tal fecha -no puedo menos de recordarlo- concluí el encargo que me había llevado a Frascati: recoger la habitación del hermano difun· ro, clasificando sus carpetas y papeles. Quiero manifestar ahora dos ínri– m<>l> sentimiemos como broche de este pacieme trabajo. El P. Lázaro pertenece ya al patrimonio de la Orden Capuchina; e~ un hombre egregio de nuestra historia. Su nombre pasará al Lexicon Capuccinum, y una obra extensa sirve, sin duda, para ratificar su memo– ria. Mas al despedirme de mis lectores, a quienes de alguna manera con– templo con la imaginación, quiero sepan que yo he concebido mi rarea, ante todo y por encima de todo, como una obra de fraternidad. Mi c~fuer­ zo ha ido encaminado, sf, a componer un trabajo científico en pro de un hermano tan culto que para nuestra ciencia fra nciscana ha sido impor– tante, pero con mayor fervor a algo más sencillo. Guardar la memoria de un hermano es una forma de manifestarnos unos a ot ros amor y reveren– cia. Somos una familia y el don mutuo es nuestro propio amor. Qué her· mosa aquella consigna que escribió Francisco: "Dondequiera que estuvie– ren los hermanos, y en cualquier lugar donde se hallaren han de tramr:.e entre sf, espiritual y atentamente, con respeto y consideración, sin dar lugar a la murmuración" ( IR 7,15). Por esto lo he hecho desde mi inten– ción más profunda.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz